Itacaré... entre el océano y la selva

George, el muy amable señor que se desvió de su camino para que no tengamos que seguir andando con nuestras pesadas mochilas, nos dejo en el centro de Itacaré, pero en el histórico y no en el turístico, por lo que una vez mas, Dani se quedo con las mochilas y yo salí a caminar en busca de lugar para dormir.

La calle principal se llama Pituba y ahí es donde encontré el Hostel Che Largarto, después de preguntar en varios, este fue el mas barato, 27 reales cada una en habitación compartida. Volví a buscarla a Dani y emprendimos la caminata. Unas cuadras antes de llegar, vimos el Hostel As Margaridas, sobre la Calle Lodonio Almeida, solo por curiosidad, entramos a preguntar, no solo que era hermoso, sino que nos salia 20 reales la noche, así que ahí nos quedamos. Desde la puerta principal y hacia el fondo, es un pasillo largo, a través del cual pasas por varias puertas, que son habitaciones. Es una casona antigua restaurada y transformada en hostel. Al fondo la recepción, la cocina, mas habitaciones y un hermoso espacio verde.

Itacaré ( en tupí "yacaré de piedra") es lindo por donde se lo mire, desde su pequeño centro, las playas, las personas, su alegría, sus construcciones, el verde de su selva, el azul del mar y hasta su cielo.

Originariamente Itacaré era una aldea indígena donde sus habitantes vivían de la caza, la pesca y la agricultura de subsistencia. La colonización portuguesa llegó alrededor de 1530, con la implantación de las capitanías hereditarias, y junto con la llegada de los portugueses vinieron los jesuitas, encargados de la demarcación de las tierras.

Los principales monumentos históricos, que aun se encuentran presentes y que forman parte de la historia de Itacaré son la Iglesia Matriz (1723) y la Casa de los Jesuitas. La Iglesia de Itacaré,  se encuentra situada en el centro histórico, frente a la desembocadura del Rio de Contas en el mar, entre antiguos caserones que actualmente han sido restaurados y algunos de ellos se han trasformado en posadas, hostel y bares.

En Itacaré tienes que visitar:

Praia Coroinha: es la playa del centro, ubicada sobre la Avenida Castro Alves (Orla), sus arenas son oscuras, por lo que no es aconsejable nadar allí. Era un antiguo atracadero de los barcos que transportaban Cacao; sirve de puerto de pesca y de campo de fútbol cuando la marea baja. Al caer el sol puedes ver entre dos y tres partidos de fútbol y voley a la vez. A la noche en esta playa hay mucho movimiento, tiene bares por todos lados, shows de capoeira y a veces música en vivo.

Praia Coroinha

Praia Concha: Yendo por la Calle Pituba hacia el lado del centro histórico, doblas a la derecha por la calle Sao Miguel, hasta toparte con una calle de tierra, ahí doblas a la derecha, caminas unos minutos y unos metros antes de llegar a la playa, del lado izquierdo hay un sendero que te lleva hasta un mirador, desde donde se puede apreciar la ciudad, la playa Coroinha y al atardecer una increíble puesta del sol. 

Playa Concha es de aguas calmas, sin olas y muchas palmeras. Nosotras fuimos temprano, el agua estaba revuelta, por lo que no se podía apreciar la transparencia del agua. Mas tarde, al bajar la marea, cerca del mediodía, al irse las algas, parecía otro lugar. La quietud del agua, su temperatura y su transparencia nada tenían que ver con la de la mañana temprano.

Praia Concha

Si te posicionas mirando hacia al mar y caminas hacia tu derecha, hay un sendero bastante escondido que sube el morro. Lo vimos y hacia allá fuimos, de repente estábamos en el medio de la Mata Atlántica, cual Tarzán, en ojotas, vestidito y desprotegidas de todo, pero disfrutando de esos colores, de esos olores que solo la naturaleza te puede brindar.

Seguimos camino hasta llegar a un lugar abierto, la vista desde arriba del morro era única y el silencio era digno de disfrutar.

Después de un poco mas de media hora de caminata y después de preguntarles a dos personas, que estaban trabajando en un terreno, como salir de ahí, salimos a la siguiente playa, Praia Resende.

Praia Resende: También es cerca del centro, pero un área de protección visual, donde esta prohibida cualquier tipo de construcción, por lo que todo es natural. Tienes que tomar la Calle Pituba, pero esta vez hacia el lado opuesto del centro histórico, sigues derecho y llegas. El acceso es por un sendero a pie, que sale desde la calle principal. Es muy distinta a la playa anterior, olas grandes, agua mas celeste, arenas blancas y es una de las mas elegidas por los surfers después de Tiririca, la playa siguiente a esta.

Praia Resende

Praia Tiririca: sus olas son grandes y fuertes, es frecuentada por surfers durante todo el año y se organizan eventos de surf frecuentemente.

Praia Tiririca

Praia Costa: es la mas pequeña de las cuatro y la menos frecuentada, ya que las corrientes del agua son muy fuertes, pero esto la convierte en la mas tranquila, en cuanto a cantidad de personas.

Praia Costa

Praia Ribeira: es la última de las cuatro, una playa de otra simplemente esta separada por formaciones rocosas que van del continente al mar. Ribeira esta rodeada de vegetación, dicen que en temporada alta es la mas frecuentada, pero no fue nuestro caso, por la cual la elegimos para descansar. Encontramos un rinconcito bajo un árbol, el calor era extremo. Necesitabamos ingresar al agua una y otra vez.

Praia Ribeira

Sentadas bajo nuestro árbol lo conocimos a Paolo, un chico que hacia 25 años que vivía en Itacaré, le decían Yacaré. Se acerco a nosotras a vendernos una excursión, pero cuando le dijimos que no teníamos dinero y después de un rato de charlar, se ofreció a acompañarnos hasta un arroyo cercano con una pequeña cascadita, así que fuimos con el. El lugar es muy  lindo, rodeado de mucha y variada vegetación, desde la cima del morro y por la rocas, caían finos hilos de agua, muy fría, la cual se podía beber.

Después de eso, le invitamos una cerveza a Paolo.

Con Paolo

Un poco mas lejos de estas playas, a unos 40 minutos caminando, están la Praia Prainhas y unas cuantas mas, a las cuales nosotras no fuimos, pero dicen que son hermosas.