lunes, 12 de mayo de 2014

Taipu da Fora... Paraíso del Snorkel

Este paraíso está a tan solo 7 km al sur de Barra Grande, se puede llegar en una van (no recuerdo el valor) o bien caminando por la playa o por una ruta interna de tierra. Nosotras optamos la caminata por la playa, salimos a las 9 hs de la mañana y son casi dos horas que pasan muy rápido, ya que el paisaje en el camino, no permite que te aburras, ni que te canses.




El mayor atractivo en Taipu son las enormes piscinas naturales que se forman al bajar la marea entre los arrecifes de corales y a las cuales puedes acceder caminando desde la costa. Sus aguas son cien por ciento cristalinas y cálidas, perfectas para el snorkel o el buceo. Se recomienda visitarlas en las épocas de luna llena o luna nueva, cuando la marea esta mas baja.


Nosotras emprendimos la caminata sin consultar previamente el horario en el que bajaba la marea, grave error, llegamos cuando la marea estaba subiendo, y no volvería a bajar casi hasta las 17 hs, horario en el que comienza a caer el sol. No solo que no pudimos ver ni siquiera los corales, sino que comenzó a soplar un fuerte viento sur, que nos obligo a volver a Barra Grande.


Unas horas antes, haciéndole una pregunta habíamos conocido a Luis Fernando, quien nos acompaño casi toda la tarde, muy atento, vivía solo en una pequeña casa en un lugar muy tranquilo y amaba Taipu da Fora. Hizo el intento de invitarnos una cerveza, invitarnos a comer, pero como típicas mujeres desconfiadas, le dijimos que no, que teníamos que regresar a Barra Grande, pero que al día siguiente íbamos a volver a visitar las piscinas. Como estaba bajando el sol y no queríamos caminar las dos horas por la playa, Luis Fernando nos acompaño hasta una de las calles donde nos consiguió que unas personas en un bugui nos alcanzaran hasta la calle principal, donde podíamos hacer dedo hasta Barra Grande. Después de tan solo 5 minutos de espera, estabas sentadas en un auto camino a la posada.

Al día siguiente volvimos a Taipu da Fora, pero esta vez nos levantamos a las 5 de la madrugada y salimos, no por la playa, sino por la misma calle que habíamos venido el día anterior, la idea era hacer dedo para llegar antes de que la marea bajara, una vez mas, no llegamos a caminar ni diez cuadras cuando un amable señor nos freno y nos llevo hasta el cruce con la calle que nos sacaba directo a la playa, desde ahí caminamos unos 10 minutos... y ahí estaban, apareciendo lentamente las increíbles piscinas, que permitían que se asomaran los corales. Snorkel en mano y al agua. La inmensa variedad de colores que uno puede observar debajo de esas aguas, no se la puede describir, hay que vivirlo, ponerse el snorkel y simplemente espiar allá abajo tan solo unos minutos, para poder comprender.


Cerca del mediodía apareció Luis Fernando, nos invito unas cervezas con su amigo..... en una bar en la playa y allá fuimos.


Resumiendo, terminamos en su casa, comiendo una deliciosa FEIJOADA (es uno de los platos típicos de la cocina brasilera, cuyos ingredientes principales son los frijoles y la carne de puerco, además de hortalizas, se sirve con arroz y farofa (harina de mandioca)) y cóctel de frutas, pasamos la tarde charlando de la vida, contándonos nuestras historias. Es tal la bondad de las personas, que al caer el sol nos acompañaron a la callecita para que hagamos dedo, pero Jeferson con tan solo 17 años, nos consiguió quien nos llevara a Barra Grande, mas tarde nos enteramos que el había pagado para que nos llevaran y no nos fuéramos de noche a dedo. Lamentamos no haberle podido agradecer en persona. Por eso desde acá, le envío un Muchas Gracias!!!!



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