viernes, 8 de agosto de 2014

Pipa... donde las estrellas son los delfines

La noche anterior deje las mochilas listas, ya que el bus desde Recife hacia Pipa salía a las 6.45 hs y la casa de Elinaldo estaba lejos de la terminal y tenía que tomar un metro, desde la Estación Aeroporto, hasta la Estación Rodoviaria. Había reservado un taxi la noche anterior para las 4.50 hs para ir desde lo de Elinaldo a la estación de metro, era cerca, pero no era un buen horario para hacerlo sola caminando con las mochilas.

Una magia inexplicable

Cuando Ana reservo mi taxi la noche anterior, quien tomo la reserva le pedía un número de teléfono por cualquier cosa, y yo le dije que no se preocupara que 4.45 hs yo iba a esperarlo abajo… cuak!
Arranque el día con el pie izquierdo, mi despertador sonó a las 4.10 hs y yo en vez de postergarlo, lo apague, por supuesto que me quede dormida. De repente, escucho sonar un teléfono y me decía a mí misma, dormida por supuesto, que no podía atender porque no era mi casa. Pero sonaba y sonaba, hasta que reaccione y me di cuenta que el teléfono que sonaba no era el  de línea, sino el de la portería, mire mi celular, eran las 4.52 hs, salte de la hamaca paraguaya, atendí y era el portero diciéndome que el taxista estaba esperándome, en mi portuñol entredormido le pedí que me esperara. En menos de 10 minutos estaba lista y baje. Ya cuando le dije al taxista que solo iba hasta la estación de metro, me miro como diciéndome… me hiciste esperar todo este tiempo para hacer menos de 10 cuadras? Me hice la que no vi nada. Yo había ido dos días antes a esa estación, por lo que conocía bien el camino, y note que tomo por otra calle y pensé que tal vez en auto el camino era diferente y no dije nada. Pero no, el muy astuto, dio una vuelta enorme y me dejo en el aeropuerto mismo, del otro lado de la puerta dell metro. Se lo dije y se hizo el que no entendía. No solo que me cobro 12 reales, por un trayecto que tendría que haber sido de menos de 10 cuadras en dos minutos, sino que como entré del lado del aeropuerto, para ingresar al metro me cobraron 2, 15 reales en vez de 1,6 (por ser conexión directa con el aeropuerto) Además de que el puente que tuve que atravesar tenía más de dos cuadras, caminando con las mochilas a cuestas.
Para cerrar la historia, yo hice todo este movimiento tan temprano para poder tomar el bus de la empresa Progresso de las 6.45 hs que era el convencional y salía 50 reales. Pero no podía ser de otra manera, ya mi día estaba cruzado, y cuando llegue a la terminal ya no había más lugar en ese bus, por lo que tuve que sacar pasaje en el siguiente bus, no solo era más caro (73 reales) sino que salía una hora más tarde. Podría haber dormido dos horas más y haberme ahorrado el taxi, pero no… mi día lo tenía que arrancar así.
Todo eso sumado a que era el primer día en todo mi viaje que salía a viajar sola una distancia larga… cosas nuevas para mí, de todo se aprende.

Bienvenido lindo día...
Pipa
Después de mas de 3 horas de viaje llegué a este lugar que tiene algo especial. El bus te deja en un pueblo cercano a Tibau do Sul y de ahí tomas una van por 3.5 hasta Pipa. Camine sola por la calle del centro buscando un local de información  turística, una argentina me escucho cuando le preguntaba a otra persona, le dije que buscaba el hostel Media Verónica y ella se ofreció a acompañarme hasta ahí y acepte. Ahí me quede, comencé a buscar cuarto y empleo. Tuve unas tardes en la que me sentí sola, hasta que comencé a conocer personas con la mejor de las ondas y y mi humor cambio repentinamente, eso es lo que sucede cuando te acercas personas con buena energía. Todo se fue dando de tal manera, que cada cosa indicaba que me tenia que ir de Pipa. Cuando mas sola me sentía conocí a Gala de Buenos Aires que viajaba con su novio Mamo de Dolores, a Sarah de Suiza, a Fito y Daniel de Chile y a Jessi (tesorito) de Guadalajara México. No solo eso, sino también que me llamaron para dos entrevistas de trabajo, en una me ofrecían un puesto que realmente no me interesaba, que ni siquiera lo haría en Argentina y a la otra fui dos veces y en ninguna de las dos estaba el dueño. A todo esto con los chicos íbamos juntos a la playa, cenábamos juntos y o casualidad todos iban para Belem. En realidad no todos... Mamo y Gala lo decidieron a ultimo momento. Pipa es un pueblo que te atrapa o no. Yo quede fascinada con los paisajes, las playas, los colores, el pueblo;  pero hubo algo en el estilo de vida que no me atrapo.

Playas para conocer en pipa:

Praia do Amor: la conocí el primer día, accedes por la Avenida Bahía dos golfinhos, doblado a la izquierda por la calle con el mismo nombre que la playa. Llegas y te encontrás parado en la cima de un acantilado con una vista mágica y privilegiada, la mixtura de colores, entre el verde, naranja, azul, celeste, blanco conformaban un paisaje único. Hay que bajar una escalera bastante alta y llegas a los puestitos típicos de comida en la playa, donde esta lleno de reposeras y sombrillas. Camine un rato y me senté simplemente a disfrutar del mar.


Praia do Golfinhos (delfines): es una playa soñada, tal es así que fui dos tardes seguidas. Accedes por la Praia do Centro por la Av. Dos Golfinhos, y una vez en la arena caminas unos 20 minutos por la playa hacia la izquierda. No solo es hermosa por su paisaje sino porque desde la costa podes ver jugar, nadar, comer y saltar a los delfines.


No lo podía creer, tome mi cámara, mi teleobjetivo y comencé a disparar fotos captando cada instante. Si te quedas hasta el atardecer podes ver como magicamente los colores de cada cosa van cambiando.


Atardecer
Cuando regrese al día siguiente con Fito, la idea era ir hasta Praia Madeiro, un poco mas lejos que esta, pero había muchos delfines, algunos cerca de la costa y decidimos sambullirnos al agua. Mi alegría, mi emoción e infinitas sensaciones juntas llegaron cuando a menos de dos metros de mi salto un delfín que perseguía a un pez que nadaba a toda velocidad para salvar su vida. La siguiente emoción fuerte fue cuando decidí quedarme boca arriba flotando, mis oídos sumergidos en el agua y los escuche. Si, escuche ese canto inconfundible, agudo y hermoso de los delfines. En ese momento me di cuenta lo privilegiada que estaba siendo y en silencio, en medio del mar le agradecí a la vida por tanto.

Vista desde el Santuario Ecológico
Praia do Madeiro: Es pequeña, con una naturaleza exhuberante y rodeada de palmeras. Nosotros la conocimos de casualidad después de hacer una larga caminata por el santuario ecológico, donde los únicos ruidos son del crujir de las ramas de los arboles y del mar.


Largos senderos donde predomina el verde y cada tanto, desde lo alto, se abren ventanas entre los arboles hacia el mar, un cuadro que te invita a quedarte observando un largo rato. Esto es Pipa, tranquilo, calmo durante el día y donde a la noche se disfruta de buena música.





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