Después de dos meses viviendo cosas maravillosas, llego el momento de despedirse de Salvador... y fue difícil, fue mucho tiempo, muchas cosas vividas y mucha gente linda la que dejábamos atrás. Nos íbamos a ir en bus para Arembepe, pero nuestro querido amigo Marcos nos llevo, después de haber pasado una noche muy divertida con todos, comiendo carne a la parrilla, en el camping donde Marcos vive, y escuchando música argentina.
Llegamos a Arembepe después del mediodía, es un pueblo pequeño, el cual tiene una aldea hippie, que se encuentra 2 km del centro a orillas de una laguna formada por el río Capivara, hoy transformada en Área de Protección Ambiental.
Fuimos hasta allá a buscar hospedaje y realmente no nos gusto mucho , así que volvimos al centro y nos quedamos en la Posada de María, la cual ya habíamos visto, a 30 reales cada una (sin wifi y sin cocina) Para el Wifi íbamos a la plaza del centro , donde podías usarlo libremente.
Fuimos hasta allá a buscar hospedaje y realmente no nos gusto mucho , así que volvimos al centro y nos quedamos en la Posada de María, la cual ya habíamos visto, a 30 reales cada una (sin wifi y sin cocina) Para el Wifi íbamos a la plaza del centro , donde podías usarlo libremente.
Arembepe es una pequeña localidad brasileña situada a unos 45 kilómetros de Salvador de Bahía, destacada por ser diferente y por huir de lo convencional. La zona, se hizo mundialmente conocida en los años ’70 cuando se convirtió en referente de la comunidad hippie.
En la actualidad, sigue manteniendo ese espíritu de tranquilidad y reflexión, ya que esta localidad sigue recibiendo a turistas que buscan encontrarse con uno mismo. Arembepe parece negarse a evolucionar y quizás ese sea el encanto de la zona, donde, por ejemplo, no hay carteles publicitarios, y sólo emergen en la altura las palmeras. Su población es pequeña, entre los que destacan poetas y bohemios mayoritariamente.
Pero lo que más nos llama la atención de este exótico rincón brasileño, son sus largas playas que parece que no tienen fin, invadidaS de palmeras. Su fauna marina también es amplia y variada, destacando los cangrejos y las tortugas marinas. Arembepe sigue sin utilizar las nuevas tecnologías para la pesca, usando los medios humanos más tradicionales incluso para la construcción de pequeñas embarcaciones.
En la actualidad, sigue manteniendo ese espíritu de tranquilidad y reflexión, ya que esta localidad sigue recibiendo a turistas que buscan encontrarse con uno mismo. Arembepe parece negarse a evolucionar y quizás ese sea el encanto de la zona, donde, por ejemplo, no hay carteles publicitarios, y sólo emergen en la altura las palmeras. Su población es pequeña, entre los que destacan poetas y bohemios mayoritariamente.
Pero lo que más nos llama la atención de este exótico rincón brasileño, son sus largas playas que parece que no tienen fin, invadidaS de palmeras. Su fauna marina también es amplia y variada, destacando los cangrejos y las tortugas marinas. Arembepe sigue sin utilizar las nuevas tecnologías para la pesca, usando los medios humanos más tradicionales incluso para la construcción de pequeñas embarcaciones.
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