jueves, 30 de mayo de 2013

Aconcagua- Puente del Inca- Penitentes

Nuevamente otro hermoso día de sol, después de la increíble nevada. Hoy partimos rumbo a lo mas esperado. Tuvimos que alquilar cadenas para las ruedas, no las llevamos puestas pero gendarmeria verifico que las tuviéramos para dejarnos pasar.
Salimos hacia alta montaña, a medida que avanzábamos era mas la nieve en los costados.

Penitentes


La primer parada fue en Penitentes, un centro de sky con 25 pistas, al menos para mi la primer impresión que me causo fue la de un pueblito de cuentos, todo blanco por la nieve, techos rojos, muchos colores, muy chiquito. Nos bajamos un rato y nuevamente jugamos como niños, hasta las alfombritas de las camioneta bajamos para deslizarnos en la nieve (no funciono). Corrimos, nos enterramos, sacamos fotos, charlamos con gente del lugar y seguimos nuestro viaje. Mas allá nos esperaban lugares también hermosos.


Puente del Inca
Continuando por el camino, nos encontramos con El Puente del Inca, del cual nos pasamos un tramito, ya que no lo vimos por la cantidad de puestitos de ventas que hay y los micros con contingentes. Dimos la vuelta y allá estaba, con una mezcla de colores que lo hacían único, es una formación rocosa que forma un puente natural sobre el Río Las Cuevas. Sobre ella hay un antiguo hotel termal abandonado, que antes se podía visitar, pero ya no, por el peligro de derrumbe. Un poco de su historia: En la época Colonial fue paso obligado de viajeros y correos. A la altura del puente, se alojan cinco fuentes termales con componentes salinos y temperaturas que van desde los 33 hasta los 38 °C. El agua posee propiedades curativas y anti-estrés por ser ricas en sales y cloruro de sodio, alcalinas, arsenicales, bicarbonatadas, cálcicas y sulfurosas. La transparencia está dada por el peróxido de hierro y las algas, que favorecen la decantación. En 1925 se construyó el Hotel Puente del Inca. Cada habitación poseía su propio baño termal. En 1965 los frecuentes aludes, que un tiempo antes habían dejado inhabilitado el servicio del tren trasandino, destruyeron totalmente el hotel, salvándose sólo la pequeña capilla colonial.


Aconcagua

Un rato después llegamos al tan esperado Cerro Aconcagua (Con una altitud de 6960,8 msnm es el pico más elevado de los hemisferios Sur y Occidental, y el más alto del mundo de los situados fuera de los Himalayas, en Asia. Además, es la segunda cumbre mundial de mayor altura relativa, después del Everest), un lugar lleno de magia, de energía, donde el mayor ruido era el silencio mismo. La idea era hacer la caminata a la laguna de Los Horcones, a 2 km desde la base, había mucha nieve, así que averiguamos en la entrada (pagamos $ 10.-) si podíamos ir igual... y nos dijeron que si nos aguantábamos la nieve podíamos ir (obviamente no teníamos ni vestimenta ni calzado para la nieve). Decidimos hacerlo, el primer tramo fue tranquilo, a medida que avanzábamos la nieve nos llegaba a los tobillos, y después de un rato de caminar llegamos al comienzo del sendero, donde lo único que se veía era blanco y la punta de los palitos que indicaban el camino a seguir. Flor y Gastón desistieron, pero Juli y yo decidimos seguir, el lugar era imponente, silencioso y se respiraba aire puro. Avanzamos,  por momentos, con la nieve por la cintura , mis pies ya no los sentía, el frió era intenso, pero quería seguir. Llegamos a un claro donde había tierra y pastito, muy chiquito, yo frene,porque desde ahí ya no había mas palitos que indicaran el camino a seguir, Juli avanzo un tramo mas, pero yo me asuste, en realidad me asustaba el no saber donde estábamos pisando, la sensación de que iba a meter el pie en la nieve e iba a seguir hasta abajo. Le insistí a Juli para que volviera. Nos quedamos un ratito ahí contemplando el paisaje, la inmensidad, la paz y emprendimos el regreso. Al menos yo, FELIZ, a pesar de que no pude llegar al objetivo final.
Comimos unos sandwichs en la camioneta y seguimos hacia el lado de la frontera con Chile, paramos en un pueblito que se llama Las Cuevas, pero solo 5 minutos, nosotros creímos que iba a haber cuevas, pero no. llegamos a la frontera, la cual estaba cerrada por la cantidad de nieve, y comenzamos el regreso. Felices!!!!


Cuando llegamos a Uspallata nuevamente, Juli y yo decidimos ir hasta el Cerro 7 colores, ya que era temprano, los chicos volvieron al depto y nos fuimos en la camioneta.
Ya el paisaje durante el camino era hermoso y tranquilo. Llegamos al lugar, una imponente montaña que deslumbra por sus diferentes tonalidades, verdes, marrones, rosas, blancos, ubicada muy cerquita del centro de Uspallata. Nos quedamos un rato, sacamos fotos del lugar, que era una postal de la belleza y pudimos apreciar uno de los tantos increíbles atardecereres que vimos durante el viaje.

Si pasas muy de prisa por la vida... te perderás de los mejores paisajes.

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