Nuestra intención era ir hoy hacia alta montaña, pero la nieve no nos dejo, hacia cualquiera de los caminos que agarrábamos desde el centro de Uspallata estaba nevado. Imagínense que eso no opaco nuestro viaje, todo lo contrario, esos paisajes nevados eran únicos, en cada lugar que veíamos nieve, nos bajamos y jugábamos como chicos, tirándonos bolas de nieve, armando muñecos, haciendo el famoso angelito. nuestra alegría era inmensa.
Nevando y todo, paramos en Las Bóvedas, es uno de los pocos edificios que se conservan de la época colonial y se relaciona con la Orden de la Compañía de Jesús en Mendoza, quienes usaban ese tipo de construcciones abovedadas. Las cúpulas eran las chimeneas cuyos orificios fueron tapados para protección y tenían esa forma para preservar la temperatura por mas tiempo. El calor se mantenía en la parte superior y el hombre podía trabajar con los crisoles, los fuelles, las fraguas, para la fundición de estos minerales. No cobran entrada al lugar, no había nadie y la guía nos explico un montón de cosas, así que lo que hicimos fue dejarle algo a voluntad.
El único camino que pudimos tomar fue el que nos llevo a Mendoza Capital, así que no estaba en nuestros planes pero allá fuimos. Conocimos el estadio mundialista y estuvimos en el Cerro de La Gloria donde esta el Monumento Nacional al Ejercito de Los Andes.
De estar jugando en la nieve, en menos de una hora pasamos a estar en un lugar con un sol radiante y mucho calor.
A la tardecita regresamos para Uspallata.
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