sábado, 9 de mayo de 2015

Huaráz... PN Huascarán y Laguna 69

Mis días en Lima terminaron y partimos hacia Huaraz. Nuestro bus salía a las 22.10 hs por Z bus, 40 soles (U$S 14), por suerte llegamos veinte minutos antes y vimos un micro de la empresa y preguntamos si era el que iba hacia Huaraz y nos dijeron que si, pero cuando preguntamos si era el de nuestro horario nos dijeron que no, era el de las 22 hs y que el de 22.10 hs no existía, que no iba a salir. Después de discutir un rato, nos dijeron que nos subiéramos a ese, que nos llevaban a otra terminal y ahí hacíamos cambio de micro. Lima no me podía despedir de otra manera. Terminamos saliendo hacia Huaraz a las 23.15 hs. El camino, típico de las montañas, completamente sinuoso, la altura y el frío se hacían notar a medida que avanzábamos.
A las 5.30 hs llegamos a Huaraz, en la terminal se nos vino una avalancha de taxistas y otros ofreciéndonos hospedaje. Terminamos arreglando con uno del Hostal Ishinca, que nos dejo a 13 soles (U$S 4,5) cada uno en habitación privada con baño privado.

Plaza de Armas Huaraz
Huaraz es un pueblo en el medio de la montaña, tranquilo, donde una vez mas pude ver a las cholitas caminar y vender en las calles, donde en pleno centro, en la Plaza de Armas, se puede respirar aire puro. Hay un mercado central muy grande en el que podes comprar desde una almendra hasta una mochila para la escuela.
Hay varias actividades para hacer en Huaraz, mas que nada en sus alrededores, sobre todo en la montaña. Diferentes tipos de trekking, lagunas, termas, nevados. Y desde allí se pueden visitar los pueblitos de Caraz y Yungay.

Trekking de Santa Cruz

Nosotros elegimos este, cuatro días y tres noches en la montaña, 45 km, el punto mas alto al que se llega es en Punta Unión a 4759 msnm.
El día anterior a comenzar la caminata fuimos a comprar la comida necesaria y a alquilar una cocinita y unas bolsas de dormir de pluma.
Nuestra idea era hacerlo desde Vaqueria a Cashapampa, pero nos encontramos con un guía que nos recomendó hacerlo al revés.
Nos habían aconsejado arrancar la caminata cerca de las 10 de la mañana, por lo que nos levantamos a las 5 hs, fuimos a tomar la van a Caraz, cruzando el Río Quilcay. El valor de la van es de 6 soles (U$S 2), después de una hora de viaje llegamos a Caraz, desde donde nos dejo la van tuvimos que tomar una mototaxi por 2 soles, ya que no sabíamos a que distancia estábamos de donde teníamos que tomar el transporte a Cashapampa. Al llegar nos encontramos con que el transporte era un auto colectivo, ya que hasta no cargarlo con 6 personas no salen (siii, 6 pasajeros mas el chofer) Cuando preguntamos el valor nos dijeron 10 soles, pero si queríamos salir ya, nos cobraban 40 soles por los dos. A lo que automáticamente hice las cuentas y no me cerraban. Si eramos 2 nos cobraba 40 soles y si eramos 6 nos cobraba 10 a cada uno. Ahí fue cuando me di cuenta que 10 nos cobraban a nosotros, los demás, los locales, no pagarían lo mismo. Esperamos por mas de media hora, nos subimos al auto aun faltando dos personas y cuando no estaba el chofer le pregunte a los demás cuanto les cobraba, al escuchar 6 soles me baje del auto y fui directo al chofer a preguntarle si tenia derecho a cobrarnos de más solo por ser extranjeros, a lo que me contesto que era por las mochilas, casi el doble por las mochilas que iban en el baúl… si ustedes hubieran visto los bolsones de cosas que llevaban los demás. Muy tranquila le respondí que íbamos a esperar a que el resto pague y nosotros pagaríamos los mismo. Solo se limito a sonreír.
En el auto también iba un ingeniero chileno, que hacia mucho tiempo que vivía allí y quien se bajo unos 5 minutos antes que nosotros, después de pagar se acerco a nuestra ventanilla, nos dio su tarjeta, nos dijo que nuestros pasajes ya estaban pagos y que lo contactaramos al regresar a Huaraz para comer algo a la parrilla. Nos quedamos muy sorprendidos, recién lo conocíamos, realmente aun existe mucha gente amable.


Llegamos a Cashapampa y mochilas al hombro comenzamos la caminata, después de cinco minutos llegamos a una garita donde nos tuvimos que registrar y pagar 65 soles (U$S 22) de acceso al parque. Emprendimos el ascenso, a medida que avanzábamos el paisaje, los colores, los olores, los sonidos hacían que se despertaran todos mis sentidos.


Con casi 10 kg cada uno en la espalda y cuesta arriba, la subida se hizo dificultosa, mas que nada para Juli que había estado engripado toda la semana anterior. Despues de casi siete horas de caminata llegamos al primer campamento, Llamacorral. Todos los demás ya estaban ahí, llegamos exhaustos, lloviznaba, armamos la carpa y nos fuimos a dormir sin siquiera comer o tomar algo caliente (grave error).


 Juli paso una noche terrible y yo amanecí con un fuerte dolor de cabeza y nauseas debido a la altura. Al despertar quisimos hacernos algo caliente para poder seguir hasta el próximo campamento, y ahí fue cuando descubrimos que la cocinita que habíamos alquilado no funcionaba, no lo podíamos creer. Le pedimos ayuda a unos chicos que estaban ahí, creyendo que eramos nosotros los que estábamos haciendo algo mal, pero no, casi le explota en la mano, perdía por algún lado.


Nos sentamos tranquilos a pensar si continuábamos o no. Y realmente sin cocinita para poder comer o tomar cosas calientes, sabiendo que aun teníamos que seguir subiendo y el frío iba a ser mas intenso, era una locura. Decidimos volver.
Después de descender casi una hora encontramos un lugar hermoso para acampar a orillas del río, donde había una enorme piedra , debajo de la cual podíamos prender fuego para hacer cosas calentitas sin incendiar la montaña entera. En un principio nos íbamos a quedar una noche, pero la pasamos tan lindo que terminaron siendo dos.


En el lugar solo estábamos nosotros, el silencio era ensordecedor, cada tanto escuchábamos el sonido del agua corriendo por el río. Durante el día, mientras prendíamos el fuego se nos acercaban muchas vacas y burros, tan amigables que comían de nuestra mano y nos permitían que los acariciemos.


La amistad duro hasta que un toro escucho el ruido de bolsas, yo tenia mi jarrito térmico en la mano con sopa y se acerco a olfatearme, cuando me pare, le di la espalda y le dije que se fuera, movió la cabeza tan fuerte que me clavo el cuerno en la cola (no creo que lo haya hecho con mala intención, ya que no llego a lastimarme), me asuste tanto que termine trepada en la piedra grande en la que debajo hacíamos el fuego. Tan desafiante era el toro que nos tuvo un buen rato trepados en la piedra mientras el nos miraba de abajo y no se iba.

Durante el día, sentarme a escribir con esas vistas impactantes, era maravilloso. Disfrutaba mucho de abrir la carpa, escuchar el sonido del río y de mirar hacia arriba y ver esa cascada que caía de la montaña.


La noche era tenebrosa y oscura, las sombras de las montañas formaban figuras que parecían venirse encima nuestro, pero a la misma vez era majestuosa, ya que gracias a esa oscuridad, a esa negrura tan natural, en el cielo podíamos ver un mar de estrellas, como el que jamás había visto hasta ese momento. Era tanta la cantidad, que aun sin luna, la noche estaba iluminada.


Durante la segunda noche, cerca de la una de la madrugada, estábamos durmiendo cuando de repente lo escucho a Juli preguntarme: que fue eso?? Cuando abrí los ojos ví como nos movían la carpa desde afuera, fueron solo unos segundos, pero bastaron para que mi corazón latiera como un tambor. Agarramos nuestras navajas e intentamos volver a dormir. Yo solo deseaba que amaneciera. Unas tres horas después Juli me dijo que quería ir al baño (la naturaleza), a lo que le conteste que prefería hacerme encima antes que salir, yo no aguantaba mas tampoco. Juli abrió la carpa y salió, cuando vio que estaba todo bien, salí yo. No había nada ni nadie, creemos que fue una de las vacas que nos olfateo las carpa, pero nunca lo sabremos.

Pasamos dos días hermosos, tranquilos, rodeados completamente de naturaleza, sin TV, sin internet, sin celular, sin ser esclavos de esa tecnología que de a poco nos esta consumiendo.



El regreso lo hicimos en menos de cinco horas. Al llegar nuevamente a la garita, le preguntamos al guardaparque si nuestra entrada la podíamos usar para ir a Laguna 69 y nos dijo que si, ya que desde el momento que lo compras es valida por 21 días. Estuvimos a punto de ir ese mismo día a la laguna, después agradecimos no haberlo hecho.

Gastos trekking Santa Cruz

Alquiler cocinita: 8 soles por día
Alquiler bolsa de dormir: 8 soles por día
Van de Huaraz a Caraz: 6 soles
Auto colectivo hasta Cashapampa: 6 soles, hay que pelearlo porque te quieren cobrar 10.
Entrada al Parque Huscaran, valida por 21 días: 65 soles

Lo mismo de transporte para regresar, aunque si terminan la caminata, llegan a Vaqueria, de ahí van a Yungay y de ahí a Huaraz.


Laguna 69

Con parte del dinero que nos reconocieron en la agencia por el mal funcionamiento de la cocinita, pagamos la combi a Laguna 69 (el valor es de 35 soles)
Nos pasaron a buscar por el hostel a las 6 de la madrugada, después de 3 horas de viaje y con una parada previa en la Laguna Llanganuco, llegamos a Cebollapampa, desde donde comenzamos la caminata cerca de las 9.30 hs.

Laguna Llanganuco
A medida que avanzábamos agradecíamos no haberla hecho el día anterior, después de los cuatro días en la montaña. Cuando te venden la excursión nadie te anticipa el nivel de dificultad, ni tampoco te aconsejan nada, en nuestra van eramos diez y cuatro abandonaron antes de hacer una cuarto del camino. Lo mejor es arrancar muy lento para ir adaptando el cuerpo, mas que nada a la altura, ya que comenzas desde 3800 msnm y terminas en los 4600.
El primer tramo es muy leve, caminamos por un valle atravesado por un río, muchas vacas y picos nevados por donde mires. Después de mas de media hora, comenzamos a ascender por un angosto camino, a cada paso que daba el aire escaseaba un poco mas. A Juli lo deje atrás, a el le estaba costando mucho, y yo realmente quería llegar, y teníamos horario de regreso. Le pregunte si estaba bien y cuando me dio el ok, continue. De repente, después de mas de una hora de ascenso, apareció una pequeña laguna en la que se reflejaban las montañas nevadas, de ahí descendí un poco y legue a un enorme valle, donde las pulsaciones bajan y respiras casi normal.


Creí que ya estaba cerca, que faltaba poco, hasta que vi un pequeño cartel que decía Laguna 69 y tenia una flecha apuntando hacia la izquierda, directo a una montaña, no puede ser me dije a mi misma cuando me di cuenta que que se interponía un alto pico entre la laguna y yo.


Unos metros mas adelante me encontré con el guía y cuando le pregunte cuanto faltaba, apunto hacia arriba y me dijo unos 40 minutos. Hacia allá fui, el ultimo tramo es el peor, no solo porque ya venís cansado y la falta de aire, sino porque es el mas empinado y el que esta a mas altura.
Reconoci que todo ese esfuerzo había valido la pena cuando de repente entre el blanco de la nieve, apareció un enorme espejo turquesa, la laguna, un paraíso enclavado en el medio de la montaña, sus aguas son tan frias que no posee ni flora ni fauna, por eso tal transparencia.







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Hoy mi casa son dos mochilas y el mundo. Relato cada paso de mi viaje, intentando contagiar a quienes no se atreven a soñar.
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